Resulta muy tentador acabar con los hábitos alimenticios llevados a cabo durante muchos años con algún alimento milagroso o con alguna dieta que conste de unas pocas reglas fáciles. Por esta razón, mucha gente que pretende adelgazar recurre a acciones como:
- Tomar agua con limón por las mañanas
- Tomar pan tostado en lugar de pan normal
- Basar su dieta en un alimento concreto como la berenjena, la piña, la alcachofa o el melocotón en almíbar
- Beber té verde continuamente...
La Academy of Nutrition and Dietetics de Estados Unidos define las dietas milagro como aquellas que prometen:
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| Imagen procedente de fit affinity |
- Pérdida de peso muy rápida
- Promueven comer mucho de un único alimento o restringen el comer un grupo entero de la pirámide alimenticia
- Establecen combinaciones específicas de comidas
- Proponen menús con muy poca variedad
- Afirman que no es necesario realizar actividad física
Todas estas premisas no deberían de formar parte de una dieta buena y eficaz.
Analizando alguna de estas premisas, por ejemplo la conocidas dieta de la alcachofa, la alcachofa no tiene mejores propiedades que otras verduras que se podrían utilizar y conseguir los mismos resultados. En el caso de que promueven combinaciones específicas de comidas, las dietas disociadas promueven ciertas combinaciones de alimentos, basándose en teorías sobre el metabolismo, apuestas por ingerir los macronutrientes separados.
En conclusión, ningún producto va a hacer perder peso por sí solo ni solucionar los problemas derivados de los hábitos alimenticios llevados a cabo a lo largo de la vida. Solamente van a proporcionar falsas ilusiones y muchas ganancias para algunos.
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